Federación Departamental de Trabajadores de Educación Urbana de Cochabamba
El Estado, como respuesta burguesa a las
crisis económicas estructurales del capitalismo, invariablemente descarga sus
consecuencias sobre las espaldas de los trabajadores y de las mayorías
empobrecidas del país para poner a buen recaudo los intereses de la clase
dominante y de las transnacionales imperialistas. En la crisis de la década del
90 del siglo pasado, destruyó las
conquista sociales y económicas de los trabajadores aplicando una dura
flexibilización laboral dejándolos inermes
sin protección alguna, destruyó el sistema de seguridad social
imponiendo la maldita capitalización individual en el régimen de rentas y, en
materia educativa, promulgó la Ley1565 buscando la privatización de sectores
importantes de la educación por la vía de la municipalización, atentó contra
las conquistas fundamentales del magisterio y de la educación, todo con la
finalidad de reducir los gastos del Estado.
Ahora, cuando estamos en una nueva crisis del
sistema, mucho más profunda que la anterior y profundizada por la pandemia del COVID
-19, amenaza en el horizonte el fantasma de la
desocupación, la miseria y el hambre para las mayorías pobres de este país.
Según los pronósticos de las organizaciones financieras internacionales, la
miseria se agravará condenando a más 100 millones de personas del continente a la
pobreza extrema.
El gobierno derechista de Añez está tomando
las medidas necesarias para reducir el costo educativo destruyendo las
conquistas fundamentales de la educación boliviana y del magisterio. Ha sorprendido, justamente en el día del maestro,
con la promulgue el D.S. 4260, pretendiendo reeditar aquella política llamada “neoliberal”
de fines del siglo pasado. Se trata de una norma educativa, no para el período
de la crisis sanitaria que será cuestión de meses, sino de un acomodo a la
actual crisis económica estructural y
su duración será de años.
El mentado Decreto Supremo, en su Art. 1,
plantea como como su objeto “…normar la complementariedad de las
modalidades de atención presencial, a distancia, virtual y semipresencial en
los Subsistemas de Educación Regular, Educación Alternativa y Especial y
Educación Superior de Formación Profesional…” Estas cuatro modalidades
de atención siempre han existido, sólo que la educación presencial ocupa el 90
% del espacio educativo y absorbe casi todo el presupuesto de la educación en
sueldos y otras necesidades. Las
modalidades de la educación a distancia, virtual y semipresencial han sido muy
marginales y casi sin ningún costo para el Ministerio de Educación porque han
dependido de instituciones privadas, sindicales y de la Iglesia.
El Decreto introduce dos criterios; nivela en
jerarquía todas esas modalidades de educación y establece una relación ente
ellas (complementariedad). ¿Qué finalidad tiene esta maniobra? En el
camino irá reduciendo el volumen de la educación presencial a su mínima
expresión y, en proporción directa, potenciando las otras modalidades, de tal
modo que el costo educativo disminuya sustancialmente. Así el gobierno dejará
de preocuparse de construir más locales escolares, de equiparlos, de pagar el
agua, la energía eléctrica, etc. Esta intención se confirma en el parágrafo II
del Art. 7 (elección y decisión de la complementariedad de modalidades), que
dice: “La decisión sobre la complementariedad de modalidades se basa en los
diseños curriculares y debe justificarse en riesgos o eventos climáticos,
sociales, sanitarios u otros, que pongan en situación de inseguridad a los
estudiantes.”
De lo anterior es fácil colegir que, como
Bolivia en un país de permanentes riesgos de naturaleza social, económica o
climática, que provocan permanentes suspensiones de clases por riesgo para los
alumnos, preferentemente se exigirá diseños curriculares para las modalidades
virtual o a distancia.
A este criterio obedece que el Decreto, en su
Art. 5, presente una reglamentación detallada para la educación virtual. Señala:
“para el desarrollo de la modalidad virtual, las instituciones educativas deben
contar con una plataforma educativa que cumpla mínimamente los siguientes
aspectos:
“a) Arquitectura y entorno virtual: …
“b) áreas y sub áreas…, de información, de
planificación educativa, de comunicación.”
También Este decreto supremo liquida el
principio de la educación única, dirigida y financiada por el Estado. En el Art.
6 (propuestas curriculares) en su parágrafo I señala: “Las instituciones
educativas…deben presentar a las instancias correspondientes su propuesta
curricular en las modalidades señalas…”
Más claro no puede ser, el Ministerio de
Educación no publica una propuesta curricular a nivel nacional, para todas las
unidades educativas del país como expresión de una política educativa nacional
que exprese los objetivos económicos, sociales y políticos del país; que señale
el tipo de educación que se pretenden implantar, etc. Esta tarea las transfiere
a las unidades educativas condenando a la educación al caos. Reflota amenazante
la idea de la total liberalización de la enseñanza donde la educación privada,
de convenio y la fiscal hagan lo que quieran. Esta es una manera de destruir
todo lo que se ha hecho hasta ahora, la escuela única, científica y gratuita ha
sido echada al canasto de los papeles inservibles.
Otra de las ideas que rebrota nítidamente en
este documento es su marcada tendencia a la privatización de la enseñanza, El
hecho de que el documento exija a las unidades educativas tener sus propias plataformas
educativas obliga a que los maestros y los padres de familia paguen su
costo y funcionamiento, al mismo tiempo, éstos últimos, deben financiar el pago
del servicio de internet y cubrir los gastos de adquisición de computadoras o
celulares inteligentes; de este modo, el costo educativo se carga al padre de
familia perdiendo la educación boliviana su calidad de gratuita íntegramente
financiada por el Estado.
Para concluir, en su disposición final señala:
“La
implementación del presente Decreto Supremo no implicará recursos adicionales
del Tesoro General de la Nación.” Para el buen entendedor, se congela
el miserable presupuesto educativo.
Los maestros bolivianos hemos derrotado a la
neoliberal 1565 defendiendo nuestras conquistas educativas, sociales y
económicas; hemos derrotado en el debate teórico a la retrógrada 070. Corresponde
que conformemos una sólida organización unitaria, junto a los padres de familia
y el pueblo todo, para volver a derrotar al retorno neoliberal con el Decreto
Supremo 4260.
Cochabamba, 9 de junio de 2020.