Toni Negri ha abrevado en lecturas (pésimamente digeridas) sobre Maquiavelo, Spinoza, Rousseau y H. Marcuse, y luego agregó lecturas de las corrientes “posmodernas” y “posestructuralistas” (G. Deleuze, Guattari y sobre todo M. Foucault), sin dejar de tener en cuenta a Lacan, Touraine, Mallet y Gorz. “San Toni” repugna la concepción materialista del conocimiento y de la historia, restaurando la vieja y apolillada concepción que Marx y Engels, por medio de Feuerbach, liquidaran hace más de 150 años atrás.
Ideología y especulación en San Toni
Toni Negri junto con Michael Hardt, ambos profesores, de filosofía el primero, de literatura y poeta el segundo, han escrito dos textos que han dado la vuelta al mundo constituyéndose en verdaderos best-sellers de la literatura política: “Imperio”, Harvard University Press, 2000 y “Multitud” Debate, Bs. As. 2004. Alabados, elogiados y recibidos como obras notables, según algunos críticos, intentan establecer un punto de inflexión en los análisis jurídico y político. En lo que sigue trataremos de exponer y opinar sobre tan grandiosas obras.
Llamo al profesor Negri San Toni, tomando la forma sarcástica y paródica del texto que Marx-Engels escribieron en 1846 y que titularan “La Ideología Alemana”, obra en la cual pasan revista a los escritores que por aquella época en Alemania se consideraban “peligrosos revolucionarios” e, incluso, críticos neohegelianos feroces, censores de Feuerbach, de los cuales harán una formidable sátira señalando que el fondo de su pensamiento no era sino idealista y reaccionario. Tales escritores eran Bruno Bauer (San Bruno), Max Stirner (San Max) y los “socialistas verdaderos” Karl Grün y George Kuhlman.
La síntesis de lo expuesto por San Toni será extremadamente simplificada y por tanto no podrá mostrar los detalles y meandros de sus opiniones puesto que sería una tarea agotadora y poco fructífera seguir la totalidad de lo vertido en las dos obras.
Lo primero que debe decirse de San Toni, en mi criterio, es lo siguiente: ¡hay que tomar en serio las obras referidas por él escritas! no porque tengan gran valor teórico (de hecho no lo tienen) sino por el daño enorme que ya ha producido en lectores no advertidos que, tal como se puede ver con una gran cantidad de aficionados e intelectuales, utilizan no sólo vocablos usados por él sino todo su armazón ideológica, extraviando completamente sus mentes.
En principio algunas precisiones de índole general. San Toni desarrolla una exposición cuyo carácter fundamental es ser ideología jurídica. No hace un procesamiento jurídico-político de las relaciones socio-económicas, sino que otorga a aquélla ideología la primacía explicativa de lo que toma como sujeto analítico: el reemplazo de Imperialismo por “el” Imperio y la sustitución de la clase trabajadora por “la” Multitud. San Toni retrotrae, de este modo, el análisis materialista marxista a las formas que éste había ya censurado y demostrado su carácter abstracto (en el peor sentido del término) e idealista.
Esto es, San Toni repugna la concepción materialista del conocimiento y de la historia restaurando la vieja y apolillada concepción que Marx y Engels, por medio de Feuerbach, liquidaran hace más de 150 años atrás: desde las interpretaciones de la conciencia ideológica, jurídica en el caso de San Toni, éste realiza una espuria reconstrucción especulativa que pretende hacer pasar por “superadora” del marxismo y una puesta a punto de “nuevas” nociones y vocablos como sustitutos de las categorías precisas elaborados por aquellos.
Como podrá verse en lo que expondremos, no será posible advertir que la Teoría Social e Histórica obtengan alguna ventaja, precisión, mayor penetración y alcance gnoseológico con lo que San Toni propone, que lo que ya se ha logrado con la concepción rigurosa y concreta, con sus herramientas conceptuales y teóricas, por los análisis de Marx, Engels, Lenín, Luxemburgo, Gramsci, Guevara, Mao, etc. para no nombrar sino los gigantes del materialismo marxista.
En segundo lugar, San Toni no examina, no investiga lo concreto-real de la etapa actual de la sociedad burguesa y del capital financiero: él examina “conceptos”. Se plantea exponer “el” concepto de “Imperio”, abordará “el” concepto de “multitud”, aleccionará sobre “el” nuevo concepto de “soberanía”, se referirá al concepto de “democracia”, se referirá a la guerra como un “nuevo” concepto por haber cambiado su naturaleza “la guerra se ha convertido en un régimen de biopoder” (“Multitud” cit. p. 34), redescubrirá “el” concepto de “amor”, etc.
Los “conceptos” de San Toni
“Imperio” es “un concepto que pide primariamente un acercamiento teórico” (p. 6), o sea no un análisis concreto desde las relaciones de las clases y sus fuerzas, asentadas éstas en relaciones de producción e intercambio específicas, históricas ¡No! ¿Para qué? Eso sería “viejo materialismo marxista” y San Toni no es marxista, ni materialista, él es un intelectual, él es “profesor de filosofía”. Además “el concepto de Imperio se caracteriza fundamentalmente por una falta de fronteras: el mando del Imperio no tiene límites”. Y advierta el lector que “Primero y principal el concepto de Imperio incluye a un régimen que, efectivamente, abarca la totalidad espacial, o que, realmente, gobierna sobre todo el mundo ‘civilizado’” (Imperio, op.cit. p. 6)
De manera que el Imperio que es “todo”, dado que no tiene límites, “incluye” (¿¡!?) un régimen que a su vez es una “totalidad espacial”, con lo cual es el “todo” que incluye a un “todo” que gobierna sobre “todo” el mundo “civilizado” y San Toni refuerza semejante pleonasmo con una expresión contundente: “Ninguna frontera territorial limita su reinado”, ¿será claro para nosotros, ignorantes lectores, que si “el todo” incluye al “todo” y gobierna sobre “el todo”, “el todo” no tiene ninguna frontera que “limite su reinado”?
Pero hay más aún. San Toni se esmerará en aleccionarnos que “Para aproximarnos al concepto jurídico de Imperio, debemos observar primero la genealogía del concepto” O sea para “aproximarnos al concepto de Imperio” hay que “observar” cómo se formó “el” concepto a través de los tiempos: “El concepto nos llega de una larga tradición, primariamente europea, que retrocede, por lo menos, hasta la antigua Roma, donde la figura jurídico-política de Imperio se asoció íntimamente con los orígenes cristianos de las civilizaciones europeas. Allí, el concepto de Imperio unió categorías jurídicas y valores éticos universales, haciéndolos funcionar juntos como un todo orgánico”. Notable “aproximación al “concepto” jurídico de Imperio”: 1º) “el” concepto es antiquísimo; retrocede como mínimo hasta el Imperio Romano; 2º) Allí, en el Imperio Romano, “el” concepto reunió “categorías jurídicas y valores éticos universales, haciéndolos funcionar juntos como un todo orgánico” ¡Qué poderoso es “el” concepto de Imperio según San Toni! Clases, conflictos internos, guerras inter tribales, propiedad, relaciones económicas, etc. ¿examinar la “realidad” del Imperio? ¡No! ¡Lo importante es “el” concepto jurídico de Imperio!, ya que “las formas jurídicas de la constitución del Imperio proveen un buen índice de los procesos de constitución imperial” (Imperio, op.cit. p. 15) “el” concepto de imperio se presenta como un régimen que no está originado en la conquista sino en un orden que suspende la historia y fija el estado existente para la eternidad, aunque sea histórico y transitorio ¿cómo será la “realidad del Imperio no ya la de “su” concepto? 3º) es un “biopoder” por eso el objeto de su mando es la vida social en su totalidad, “crea” el mundo que lo habita y, 4º) aunque la práctica del Imperio está bañada en sangre, “el concepto” de Imperio se muestra siempre dedicado a la paz, una paz perpetua y universal, fuera de la historia (pp.6-7).
Este Imperio sin fronteras, sin territorio, totalitario, que es una especie de ente fantasmal, sin embargo, “se está materializando ante nuestros ojos” (¿¿¡¡!!??) (p.4). Como se puede ver San Toni ha logrado algo notable ¡él materializa “conceptos”! aunque este Imperio que en la realidad “está bañado en sangre” (p.7), en el “concepto” se dedica a y se presenta llevando “la paz perpetua y universal, fuera de la historia” (p.7) ¡Por eso es perpetua y universal, porque está fuera la historia! Y ¿qué hace San Toni? ¿lo terrenaliza? ¿lo vuelve concreto? ¿contrasta este presentarse a sí mismo del Imperio como portador de la paz con “su” realidad de portador de la guerra, invasor y destructor?¡De ninguna manera! Porque él no se ocupa de lo real, él se ocupa de “conceptos” y de “teorías” jurídicas que se refieren a la “nueva soberanía universal” que crean “el” Imperio.
Pero veamos la importancia del libro Imperio en los propios términos de San Toni. “En la parte central del libro, partes 2 y 3, narraremos (subrayado nuestro F.H.A.) el pasaje de la modernidad a la posmodernidad, o, en verdad, del Imperialismo al Imperio. La parte 2 cuenta (¡apercíbase el lector!) el pasaje básicamente desde el punto de vista de la historia de las ideas y la cultura, desde el período moderno temprano a la actualidad. El hilo rojo que recorre esta parte es la genealogía del concepto de soberanía.” (p.8)
De manera que la parte central del libro “Imperio” es una “narración” o en el mejor de los casos un “cuento”. Pero un “cuento” ¿de qué? Pues del pasaje del Imperialismo al Imperio “desde el punto de vista de la historia de las ideas y la cultura”. ¡De manera que San Toni realiza un enorme descubrimiento: las ideas y “la” cultura tienen historia! ¡Notable! ¡Extraordinario! ¡Espectacular! San Toni nos descubre algo que ya había sido criticado por Marx y Engels en ¡1846! Los individuos que viven en sociedad; las relaciones que los hombres contraen entre sí ante la necesidad de la reproducción de su vida; los medios de vida y de subsistencia junto con las instituciones que los identifican en medio de diferencias de clases y de intereses; la unidad del poder en el Estado y la exigencia de la sumisión del resto social; el surgimiento de la conciencia social, ideológica, política religiosa, etc. que todas estas formas asumen. No, San Toni no se ocupa del sujeto real: ¡los hombres en las relaciones que ellos mismos crean! Él se ocupa “de las ideas y de la cultura”, las que permitirán comprender el pasaje de una etapa a otra del capitalismo (¡sic!) y por lo tanto dar con la comprensión del “concepto” de soberanía (¡¡!!).
San Toni se ocupa del predicado que en él asume la posición falsa de sujeto. Pero esto, nos dirá un lector advertido, es idealismo y del más rancio. No tenemos nada que objetar a esta conclusión. Ya decían Marx y Engels de estos ideólogos: “Pero no se trata de cosas terrenales. En esta guerra santa no se ventilan los aranceles protectores, la Constitución, la enfermedad de las patatas, el régimen bancario o los ferrocarriles, sino los más sagrados intereses del espíritu, la ‘sustancia’, la ‘autoconciencia’, la ‘crítica’, el ‘Único’ y el ‘hombre verdadero’. Estamos ante un Concilio de Padres de la Iglesia” (Marx- Engels, “La Ideología Alemana” p.91) He aquí un retrato anticipado de San Toni.
Veamos qué dice en Multitud que es una continuación de Imperio. ¿Cuál es el contenido central de este último libro? Imperio se ocupa como objeto analítico primordial de “la nueva forma de soberanía global” (p. 14). Allí “tratábamos de interpretar la tendencia del orden político global en su proceso de formación, de identificar de qué manera la variedad de los procesos contemporáneos va cristalizando una nueva forma de orden global, que llamamos Imperio” (p.14). Punto analítico central: esta nueva forma de orden global “ya no puede entenderse en los términos del imperialismo que practicaron las potencias modernas, basado principalmente en la extensión de la soberanía del Estado-Nación sobre unos territorios extranjeros”. (¡Pero esto es Kautsky! No tiene nada que ver con marxismo alguno) [¡Adviértase!: “El imperialismo es un producto del capitalismo industrial altamente desarrollado. Consiste en la tendencia de toda nación capitalista industrial a someter y anexionarse cada vez más regiones agrarias sin tener en cuenta la nacionalidad de sus habitantes”, Die Neue Zeit, 11-9-1914, 2 año 32] Para la concepción materialista marxista la etapa imperialista del capitalismo jamás se fue concebida “como extensión de la soberanía del Estado-Nación sobre unos territorios extranjeros”; San Toni tiene su propia definición, vulgar, de imperialismo, pero no tiene nada que ver con el marxismo y la lucha de clases. ¿Y cuáles son otros “conceptos” de los que se ocupa San Toni en tales obras y cómo se ocupa?
1º) Concepto de Socialismo. Ya no puede hablarse en estos términos. El desarrollo del capitalismo es de tal magnitud, velocidad y de cambios tan rotundos que ha creado, de hecho, una realidad en la que en su seno domina “la” Multitud, en lugar de la clase obrera, en la que el trabajo se ha desmaterializado y ha creado un “poder constituyente” bajo el “intelect general” de producción inmaterial, que el propio sistema no puede ya dominar. Prácticamente se está ya en una especie de comunismo de hecho bajo formas capitalistas todavía de dominio social.
Para San Toni, pues, “el” Socialismo surge como los hongos después de la lluvia: ¡ya estamos en la nueva sociedad y no nos damos cuenta! El “intelect general” (término por lo demás tomado desaprensivamente de los Grundrisse de Marx) ya es una realidad (¿mental?) extendida. “Al socializarse, al presentarse de forma intelectual y cooperativa, el trabajo vivo se autoorganiza. Ya no hay necesidad de patrón, se llame capitalista o burócrata, sea Estado capitalista o Estado socialista. La posibilidad del ‘comunismo’ está inscripta en la forma social de la organización y de la expresión del trabajo vivo” (Toni Negri, “Fin de siglo”, Edit. Paidós, p. 65)
2º) Concepto de clase trabajadora. Esta ya no existe más como la tenía y todavía la tienen miles de militantes, dirigentes e intelectuales en su mente. ¡Se ha transformado delante de nuestras narices!: el trabajo social ha producido una mutación de manera que la vieja figura del obrero de mameluco y llave inglesa en la mano, es una mera fantasmagoría. El trabajador es ahora un intelectual, responsable de actividades “inmateriales” al punto que esta nueva situación ha producido la caducidad de la medición en valor del tiempo de trabajo. ¡No importa que los trabajadores reales hagan acero, extraigan petróleo, hagan construcciones, carreteras, trabajen en petroquímica, mueran como moscas en las minas auríferas o carboníferas, fabriquen nuestros vestidos por la industria textil, que construyan aviones, barcos, etc. que se fatiguen en la producción agraria y ganadera, que “materialicen” su fuerza de trabajo en represas hidroeléctricas, nucleoeléctricas, etc.! No importa, esos obreros existen pero no son reales: lo real y hegemónico, aunque no cuantitativamente, es “el” intelect general, que ha desmaterializado el trabajo.
San Toni es un descomunal teórico de la “materialización” y de la “desmaterialización”, lo que no consiguieron los alquimistas con sus experimentos empíricos sobre los metales lo ha conseguido San Toni mediante el tremendo poder de su “mente” que analiza conceptos y teorías y luego los materializa o desmaterializa a voluntad. Respecto de este tema remitimos al lector al parágrafo 2 de nuestro Imperialismo y Socialismo, p. 9 y ss. (Ediciones Cooperativa, 2007) en el que aludimos a los errores de San Toni.
3º) En relación con el capitalismo imperialista. Es esta otra víctima del propio desbordado desarrollo del capitalismo. No existe nada semejante. Lo que hay es el concepto de “Imperio”, un no lugar, desterritorializado, productor de “nueva soberanía” mundial, nueva juridicidad para el mantenimiento del equilibrio y la paz mundiales, cosa ésta que cambiará luego en “Multitud” señalando que el capitalismo es un mundo de guerras. Como San Toni no sabe absolutamente nada acerca de las condiciones reales de las relaciones de producción y circulación del capital y de la etapa actual, histórica, imperialista financiera, en la que se encuentra la sociedad burguesa se refugia en una de sus nuevas creaciones: ¡hay Imperio pero no Imperialismo! Imperio cuya genealogía jurídica es preciso buscarla en ¡Tucidides, Tácito y Tito Livio! ¿Por qué no en Homero, San Toni, o en el Antiguo Testamento?
¡Pero debemos ser justos! Ya que San Toni puede recordarnos que no es cierto lo anterior, que él se preocupó mucho en “estudiar” las nuevas formas socio-económicas, el capital y sus cambios, el imperialismo, las nuevas formas de la producción capitalistas, etc., pues dice “nos dirigimos (con Paolo Virno) hacia la filosofía del lenguaje para determinar mejor el concepto actual de producción (centrado precisamente en prácticas comunicativas), y luego, es importante recordar una relación fecunda con la nueva antropología norteamericana y también y, desde hace no poco tiempo, con algunos extraordinarios economistas hindúes, como Amartya Sen” (Toni Negri, “El Exilio” Ed. El viejo Topo, Barcelona 1998)
¡Extraordinario! ¡revolucionario! ¡subversivo! Para “determinar” “el” concepto actual de producción (¡cuándo no, siempre “conceptos” estudia San Toni!) ¿Qué hace?, ¿investiga?, ¿trabaja con documentos, estadísticas, etc.?, ¿realiza estudios empíricos buscando las modificaciones que se hubieran producido? ¡De ninguna manera! ¿Para qué? si dirigiéndose “hacia la filosofía del lenguaje” (¿¡!?) y a la “nueva antropología norteamericana” (¡sic!) junto con “algunos extraordinarios economistas hindúes”, como el insípido Amartya Sen, ya está, San Toni se posesiona de los ultimísimos cambios del capitalismo imperialista y de las modificaciones del ¡”concepto actual de producción” centrado éste en “prácticas comunicativas”!
4º) Los conceptos de clases sociales y Estado. La relación socio-política de la actualidad es la que se da entre “el” Imperium” y “la” Multitud lo cual no significa que ambas nociones ocupen el lugar el Estado uno y el de las clases el otro, sino que se trata de una nueva realidad de poder entre un “poder en constitución” y un “poder constituyente”, siendo el último un contrapoder que suma la potencia del “amor”. ¿Qué es “la” Multitud? Es un sujeto “omnipresente”, es “sustancia inmanente” o “Idea absoluta” social.
Tomado el concepto casi de modo literal de Spinoza, carente de un tratamiento serio y analítico nos plantea eliminar herramientas ya “fogueadas” por la Teoría Social del materialismo marxista por “un concepto” (¡otro más!) difuso, ambiguo y azoico. San Toni tanto aquí como en muchísimos fragmentos de su obra se nos muestra como un típico cangrejo: tanto se mueve en la esfera de los “conceptos”, tanto busca hacia atrás superficialmente que piensa a lo cangrejo ¡hacia atrás!
Multitud ¿qué no es? No es “Pueblo”; no es “masa” ni, tampoco, “clase obrera”. Por oposición a “pueblo”, que reduce la diversidad a unidad, multitud es “plural” (no es una identidad) Por oposición a masa, que es “indiferenciada” “ya que no se puede afirmar que las masas estén compuestas de sujetos sociales diferentes” (p. 16) en la multitud “las diferencias sociales siguen constituyendo diferencias.
La multitud es multicolor como el manto de José (¡sic!)” (no es uniforme) Por oposición a clase obrera, que es excluyente, Multitud es “incluyente” (pp.16-17) Luego, ¿Qué es? “es un concepto abierto, inclusivo” (p.17) que “puede ser concebido como una red abierta y expansiva, en donde todas las diferencias pueden expresarse de un modo libre y equitativo, una red que proporciona los medios de encuentro que nos permitan trabajar y vivir en común” (pp.15-16)
Dos son las características destacables: a) su aspecto “económico”, y b) su organización “política”: a) en el aspecto económico, Multitud además de ser un “concepto”, tiene un contenido “filosófico”: ¿cuál? el de ser productor de “lo común” que se comparte entre sus miembros como comunicación, cooperación, y le permite actuar mancomunadamente (p.17) Pero ¿qué es exactamente “lo” común?: es una producción social de “proyectos inmateriales, incluyendo ideas, imágenes, afectos y relaciones” (p.18) (Nuevos conocimientos y nuevas relaciones), de manera que “además de intervenir en la producción de bienes materiales en un sentido económico estricto, atañe a todas las facetas de la vida social, económica, cultural y política, y al mismo tiempo las produce a este nuevo modelo dominante lo llamaremos ‘producción biopolítica’”, esto es pues “lo común” que “constituye uno de los pilares fundamentales en que descansa la posibilidad de la democracia en la actualidad” .¡¡el aspecto económico de “la” multitud como concepto, pues, es su contenido filosófico!!
b) organización “política” ¿en qué consiste? es”... una tendencia creciente a la organización democrática, desde las formas centralizadas de la dictadura revolucionaria hasta las organizaciones en red que excluyen la autoridad en las relaciones de colaboración hoy día la democracia a escala global se está convirtiendo en una reivindicación cada vez más extendida el factor común que se halla en tantas luchas y movimientos de liberación del mundo contemporáneo, a escala local, regional y global, es el anhelo de democracia” (p.18)
San Toni afirma, suelto de cuerpo, que Multitud es un libro filosófico ¡No! Es un libro ideológico ¿cuál es su finalidad confesa?: ante las contradicciones de la sociedad burguesa, los desarrollos del imperialismo financiero, la oposición de las clases populares (¡perdone Vd. San Toni por usar “populares” y no multitudes!), la conducta belicista de los principales países centrales (EE.UU. G.7), la emergencia de nuevos países (China, India, Brasil, etc.) que aparecen expandiendo pero disputando producción y mercados, etc. ¿qué nos propone San Toni? Pues ¡adviértase! “pensar de nuevo los conceptos políticos básicos, como los de poder, resistencia, multitud y democracia”.
Ante la injusticia, la desigualdad, la explotación, la iniquidad, la voracidad del imperialismo financiero y su política guerrerista mundial ¿qué oponer?, pues ¡el pensamiento de los conflictos, pero eso sí, con conceptos “nuevos”! Nada de proponer un programa de acción concreto o resolver ¿Qué hacer? ¡No! porque “Antes de embarcarnos en un proyecto político práctico para crear nuevas instituciones y estructuras sociales democráticas debemos preguntarnos si hemos entendido realmente lo que hoy significa (o podría significar) la democracia” (p.19)
De manera que en lugar de actuar, ¡pensar!; en lugar de actividad política, ¡preguntar!; en lugar de derribar la democracia burguesa imperialista, ¡entender lo que significa “la” democracia! Y San Toni dice que no hace política, que él (¡pobrecito!) es un profesor de filosofía. Lo que no hace es política desde por y para los trabajadores, pero bien que la hace desde, por y para la burguesía imperialista difundiendo esta apolillada ideología que presenta como novedad.
5º) La implosión del URSS señaló, según San Toni, el fracaso rotundo del leninismo en querer hacer de la nueva sociedad un “socialismo de empresa” ya que pretendió ser una copia del modelo de organización laboral fordista-taylorista. Al mismo tiempo expresó las tendencias de “la” Multitud a ejercer su poder constituyente, ya que lo que allí se vio fue una rebelión contra el “mando” en el trabajo, el mando socialista del trabajo. Pero ¿Qué argumentos económicos nos presenta? ¿Cuáles fueron los procesos “reales” no “conceptuales” que llevaron a la URSS a su derrumbe? ¡Nada! Lo que San Toni ofrece es una ramplona exposición sobre ¡fordismo-taylorismo! del capitalismo y hace una extrapolación inadecuada a la realidad de la URSS cometiendo un error de escolar (¡otro más!) Total ¿para qué estudiar en profundidad y con datos reales lo acontecido? San Toni no se ocupa de estas bagatelas, él se ocupa de “conceptos”.
San Toni en toda su obra ha abrevado en lecturas (pésimamente digeridas por otra parte) sobre Maquiavelo, Spinoza y Rousseau. Luego agregó lecturas de las corrientes “posmodernas” y “posestructuralistas” de la cultura francesa: G. Deleuze, Guattari y sobre todo M. Foucault, sin dejar de tener en cuenta a Lacan y en materia de “sociología del trabajo” a Touraine, Mallet y Gorz. Muchas de sus ideas están tomadas de H. Marcuse que fue uno de los más destacados intelectuales en la década del 70 y 80 en plantear las cuestiones de la no centralidad del proletariado, de la tecnología capitalista y su impacto en la productividad y el trabajo, la fosilización del socialismo y hasta de su fracaso etc.
Es a partir de esta mezcla que surgen una enorme serie de vocablos nuevos que hoy pueblan la literatura política, sociológica, laboral, etc. tales como “redes”, “nodos” “microfísica”, “deconstrucción”, “amor” , “contrapoder”, “biopolítica”, “biopoder”, etc. Todo un lenguaje de uso confuso, pretencioso y altisonante. ¿Es censurable querer hacer avanzar una disciplina, una teoría, etc.? ¡en modo alguno! Pero una cosa es intentar llevar a una disciplina a niveles más elevados de precisión y reproducción de lo real con enfoques, conceptos, teorías, etc. nuevos y otra elaborar una ensalada descriptiva y superficial (¡fare dei pasticci! = chapucear) con ayuda de nociones extraídas sin sentido crítico de la filosofía, el psicoanálisis, la “politología”, la jurisprudencia, y pretender que eso es lo nuevo y superador, o sea, hacer creer que con las más vacuas y generales abstracciones se ha dejado atrás el saber alcanzado hasta ese momento.
San Toni al hacer estas abstracciones cree estar haciendo análisis, y cuanto más se aleja de las relaciones reales él imagina que se aproxima; cuanto más despoja de sus determinaciones específicas a los nuevos hechos, etapas, objetos, etc., más va encontrando que lo de hoy se parece a hechos, etapas, objetos, de la historia pasada tanto del medioevo como de la Antigüedad, porque para él lo universal tiene más realidad que lo singular, el género más que la especie y la especie más que el individuo, por lo cual siempre está remitiéndose a ejemplos de tales sociedades y épocas en los que ¡o maravilla del método idealista de San Toni! halla iguales características en las situaciones actuales que en las pasadas: Roma para Imperio ; Multitud, para población y clases; para la cuestión política (democracia, soberanía, representación, etc.) puesta por el avasallamiento del imperialismo norteamericano en el nivel mundial, la Alemania del siglo XVIII, que ya la prefiguraba.
San Toni se apoya en Baruch de Spinoza. Potente pensador materialista, comprometido en su época con la lucha de la burguesía republicana holandesa (Hnos. De Witt) opuesta y en lucha frontal contra el partido monárquico calvinista (Casa de Orange). El Tratado Teológico-Político y el Tratado Político, en especial éste último (inacabado) responden a aquél compromiso. El origen de su pensamiento se inscribe en el Cartesianismo pero su matriz más profunda va más allá. Fue un pensador subversivo aunque él en persona no lo fuera. Era un hombre pacífico, solitario y amable. Su filosofía es una Religión metafísica o filosófica bajo forma lógico-geométrica de exposición en lo externo pero materialista en su fondo (“Deus sive Natura”; Veritas - Virtus - Amor) en lo personal rechazaba el conflicto y la oposición, decía: “La lucha me es odiosa por naturaleza” y este carácter personal se extiende a su filosofía en un punto que es importante: el de la contradicción, el de la importancia de la negación en el pensamiento y en la realidad social. Ya Hegel decía de él en este punto que “la contradicción, que es precisamente lo racional, es lo que se echa de menos en Spinoza” (Hist. De la Filosofía, FCE, III, p. 308). “La sustancia spinozista conserva su rigidez, su petrificación es el momento de la negatividad lo que se echa de menos en esta inmovilidad rígida” (Ídem. P. 309)
No puede llamar la atención, pues, que las concepciones de San Toni sean antidialécticas si su mentor construye una filosofía estática, sin movimiento ni dinamismo y si, además, otro de sus “maestros” (G. Deleuze) señala en Spinoza como un momento profundo y de alto valor este rechazo de la negación como opuesto anticipadamente a Hegel. Marx, combatiendo en su época contra las corrientes filosóficas hegelianas que no captaban lo revolucionario de su filosofía sino que quedaban prendados de las formas idealistas y conservadoras decía en la “La Ideología Alemana” EPU, p. 273: “Entre la filosofía y el estudio del mundo real media la misma relación que entre el onanismo y el amor sexual”. Yo hago una paráfrasis actual de esta verdad: “Entre las nociones posmodernas de San Toni y el estudio del mundo real actual (las relaciones socio-económicas) media la misma relación que entre el onanismo y el amor sexual”.
Esta posición de San Toni en su intento de señalar que el marxismo, en su formulación tradicional, es una teoría obsoleta que ya no responde a la realidad actual de la sociedad burguesa tiene derivaciones políticas muy serias. Primero digamos que San Toni rechaza la dialéctica, rechaza el materialismo, rechaza el leninismo, rechaza El Capital (¿lo habrá estudiado? Y si lo estudió ¿lo habrá entendido? En todo caso parece disimularlo muy bien) por los Grundrisse, rechaza las relaciones de fuerza de clases porque rechaza las clases, rechaza el Estado de clase. ¡Tantos rechazos! ¿Qué le queda de marxismo? ¡¡Nada porque Negri NO es un pensador marxista!! Él mismo dice “Yo no hago política. Trabajo intelectualmente. Soy un Profesor”. (Entrevista a Toni Negri por Javier Esteban, http://www.generaciónxxi.com./entrevistas/negri.html)
Esta posición es la de un “Izquierdismo profesoral” hasta “libertario” podríamos llamarla, de ser adoptada, no podría menos que producir una política izquierdista-reaccionaria” aunque parezca una contradicción en los términos. (Ver entrevista de J. Esteban p. 3). Su anhelo son las “originalidades”, las “novedades” y los “escándalos” teóricos para “asustar al burgués” e “impactar al intelectual”.
Sus concepciones, pues, están más allá de Marx, más allá de la dialéctica, más allá del materialismo, más allá de Lenín, en la letra pero en realidad, tanto filosóficamente como políticamente se trata de un análisis pre-kantiano, o sea, no ya pre-marxista ni siquiera pre-hegeliano. Políticamente es, en los hechos, antiobrera, contrarrevolucionaria y anticomunista. Y eso aunque San Toni, diga, sostenga, crea y vocifere lo contrario basado en su “chapa” de militante antiburgués de la década del 60.”
Guerra
Prosigamos ahora agregando a los “conceptos” antes seleccionados los del título del parágrafo. Desde el prefacio de Multitud se expone el contenido que desarrollará. Posibilidad de la democracia, que es la tesis central de Multitud. “La posibilidad de la democracia a escala global emerge hoy por primera vez como proyecto de la multitud. Un proyecto que no sólo expresa el deseo de un mundo de igualdad y de libertad, no sólo exige una sociedad global democrática abierta e inclusiva, sino que proporciona los medios para conseguirla” (p.13). Obstáculos: “La posibilidad de la democracia está oscurecida y amenazada por la situación endémica de guerra mundial”. (p.13) La “Democracia, nacional y local, fue un proyecto incompleto de la modernidad” y “el obstáculo principal a la democracia es, actualmente, el estado de guerra global”. (p.13) ¡La guerra de clases e interburguesa ES el estado normal y “endémico” de la democracia burguesa y del dominio del capital!
“La guerra siempre fue incompatible con la democracia” (¡sic!) (p.13) La democracia de la burguesía siempre se impuso por medio de la guerra como democracia del pueblo, de todo el pueblo, contra la nobleza, el Papado y las Monarquías, luego contra el proletariado y aliada a sus antiguos enemigos para aplastar la rebeldía de la plebe insolentada (1791, Ley Le Chapelier; 1848, Cavaignac; 1870, Gallifet) y hoy invadiendo, torturando, persiguiendo, aplastando y también cooptando a individuos, instituciones, etc. que se le oponen, lo cual significa: ¡nunca la guerra fue incompatible con la democracia! ¡Lo incompatible es paz y democracia burguesa!
Y dejando a un lado que San Toni no distingue entre violencia de clase y guerra, hay que señalar que la democracia burguesa nació por la violencia de clase y la guerra, se impuso por medio ellas y desaparecerá por la violencia clasista y la guerra también. Pero para él lo que sucede es que “La guerra en sí es lo que nos oprime por muchas distinciones que ensayemos” ¡Claro no ensayemos “distinciones” quedémonos en vaguedades metafísicas, quedémonos en “lo en sí”!
Para San Toni existe una clave principal para entender el estado actual de guerra generalizada: “La clave principal para entender nuestro brutal estado de guerra planetaria consiste en la noción de excepción.” (p.26). Pero esta clave tiene dentro de sí otra clave, aquella que superpone la noción de excepción alemana con aquella excepción de los EE.UU.: clave dentro de la clave. “El ‘estado de excepción’ como concepto de la tradición jurídica germánica se refiere a la suspensión temporal de la Constitución y de las garantías jurídicas, de manera semejante a los conceptos de estado de sitio y poderes de emergencia en las tradiciones francesa e inglesa, la otra excepción es la excepcionalidad de los EE.UU. como la única superpotencia hegemónica. La clave para la comprensión de nuestra guerra global reside en la intersección de esas dos excepciones” (pp.28-29)
De manera que la clave del conflicto mundial hay que buscarla en ¡una “noción” que son dos!: el estado excepción que se desdobla en un concepto referido a la tradición jurídica alemana y el otro que ya no es un concepto sino ¡una excepcionalidad”: la de los EE.UU. como única potencia mundial. De manera que las claves son en realidad: una que es un “concepto” jurídico alemán y la otra que no es un concepto sino una comprobación fáctica: ¡el imperialismo de los EE.UU. como potencia belicista jingoísta, agresiva, voraz y rapaz!
Pero claro San Toni no habla así, él se expresa amable y profesoralmente como la ¡excepcionalidad estadounidense! Porque “No se trata, repitámoslo una vez más, de estar a favor o en contra de los Estados Unidos” (p.30) ¡No, vive Dios! ¿No se trata de señalar con pelos y señales al enemigo Nº 1 de la humanidad?, ¿no se trata de luchar contra ese enemigo de los pueblos?, ¡de ninguna manera! Hay que ser “civilizado”, “culto”, “académico” y “estar por encima de tales ánimos exaltados”, hay que estar a la altura de San Toni y lamer la mano del patrón.
Estudiar concretamente las fuentes socioeconómicas del “estado de guerra generalizada actual”, examinar minuciosamente los procedimientos políticos, las decisiones de política económica, los intereses específicos en juego (comerciales, productivos, de mercados, fuentes de abastecimiento de materias primas, las condiciones hasta delictivas de las luchas entre los monopolios, examinar subsidios, proteccionismos arancelarios, para-arancelarios, etc. las presiones desde la Banca mundial, FMI, Banco Mundial, los grandes Bancos de Alemania, Inglaterra, Francia, los EE.UU.), desnudar la situación de guerra como una rama de la industria y la banca capitalista para rentabilizar inversiones y, por lo mismo, que la guerra misma sea una necesidad del propio ciclo de acumulación del capital. ¡No, qué va! estas son tonterías “economicistas”, cosas viejas de un no menos viejo “marxismo”.
Lo importante para entender la guerra actual es lo que nos proporciona el “concepto” de “excepción”, más aún es “La intersección entre la “noción” de estado de excepción según la tradición germánica y la excepcionalidad de Estados Unidos (la) que proporciona un primer atisbo de cómo ha cambiado la guerra en el mundo moderno (¿no tendría que ser pos-moderno San Toni?)” (p.30). En definitiva la clave reside en el cruce entre una “noción” y una evidencia trivial. La síntesis de su posición nos la da diciendo que “la guerra global se hace cada vez más indistinguible de la acción global policial.” (p.40). Pero ¡cuidado! San Toni, hombre advertido, nos amenaza: “tendremos que investigar con mucha más profundidad cómo han cambiado las relaciones entre la guerra, la política y el orden global” (p.30). Preparémonos pues para tal investigación profundísima.
Pero antes San Toni nos sumerge en “El golem” ¿qué es? Es el monstruo de la actualidad mundial: ¡la guerra! “Hoy el golem se ha convertido en un ícono de la guerra ilimitada, de la destrucción indiscriminada, en un símbolo de la monstruosidad de la guerra” (subrayado mío FHA, p.31) “el golem viene a decir más bien cómo el humano está perdiendo el control del mundo, que pasa a las máquinas. También alude a la ceguera inevitable de la guerra y de la violencia del monstruo de la guerra, el golem, no conoce distinción entre amigos y enemigos. La guerra acarrea muerte para todos por igual, en eso consiste su monstruosidad, pero quizás convendría prestar más atención al mensaje del golem porque a lo mejor. Los monstruos quieren ser amados, pero nadie los comprende. Quizás los monstruos, como el golem, intentan transmitir, susurrándonos en secreto por entre el estrépito de nuestro campo de batalla global, una enseñanza acerca de la monstruosidad de la guerra y nuestra posible redención a través del amor” (pp.32-33)
¿Qué tal? ¿Qué nos sugiere San Toni con su prosa sibilina y no el golem? Pues que quizá debamos a amar a los EE.UU. que invaden países y asesinan pueblos, que debamos comprender a la Europa de la OTAN que bombardea regiones y matan niños, mujeres ancianos, hombres jóvenes, quizás hay que entender la necesidad de cariño del capital financiero imperialista, que explota, domina, y transgrede cualquier tipo de legislación mundial ¡incluso la por el mismo impuesta en otros tiempos! ¡Estos pobrecitos capitalistas carentes de afecto que nos “susurran en secreto” que son buenos y afectuosos por lo que ante tal “apetencia” se hacen presentes, con bombas, invasiones, guerras, golpes, y otras lindezas, ante lo cual los pueblos los redimirán por medio ¡del amor!
¿Puede aceptarse posición política más arrastrada, genuflexa, de renegado miserable ante el capital imperialista como la de San Toni?, ¿cabe acaso una declaración más transparente que ésta de su conducta servil ante “el Imperio”?
Fernando Hugo Azcurra estudió Filosofía y Lógica, realizó estudios de postgrado en Historia Económica y de las Políticas Económicas en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. Es autor de “Democracia y proceso socialista en Argentinas” (1985); “La nueva alianza burguesa en Argentina” (1987); “Empresas del Estado y Economía en Argentina” (1989); “Marx y la teoría subjetiva del valor” (1993); “Fundamentos de Macroeconomía” (2003); “Capital y Excedente” con el Prof. Alejandro Fiorito (2005); “Escritos Económicos” (2006); “Teoría Macroeconómica” (2006); “Imperialismo y Socialismo” (2007). El presente texto es la primera parte del libro “Toni Negri y la resurrección de la ideología”; acceda al texto completo en: http://www.slideshare.net/fabriciorocha/toni-negri-y-la-resurreccin-de-la-ideologa-0