El MAS como fenómeno político, que despertó ilusiones en las masas explotadas y oprimidas con el discurso reivindicativo de las mayorías indígenas y mestizas secularmente oprimidas –exhibiendo el rostro moreno del cocalero Evo Morales y su humilde origen–, se ha agotado. Pero el MAS y particularmente el rey detrás del trono, Evo Morales, no acaban de asimilar esta nueva realidad.
Después de la derrota ante la gran movilización de los cocaleros de los Yungas, que a través de la acción directa de las bases recuperaron su sede sindical, el gobierno del MAS intentó rearticular a las supuestas mayorías del 55% llevando adelante en la ciudad de El Alto la cumbre departamental de “REACTIVACION ECONOMICA” con el objeto de comprometer a los trabajadores.
Posteriormente, el gobierno convocó a la movilización denominada “Wiphalazo”, concentrándose en el multifuncional de la Ceja de El Alto, con la participación de la burocracia y funcionarios públicos obligados, la cual concluyó diluyéndose sin dar respuesta a las principales expectativas y demandas de la población, especialmente con respecto a la protección de la salud, la vida, la educación, y sobre todo la creación de fuentes de empleo.
De manera simultánea, el gobierno aprobó en la Cámara de Diputados el proyecto de Ley N° 218, denominada Ley contra la legitimación de ganancias ilícitas. Sin embargo, las bases rechazaron de manera contundente la maniobra y denunciaron que la verdadera intención de la norma es la persecución a los trabajadores que se rebelan ante un gobierno proburgués que defiende la propiedad privada y gobierna para los ricos, empresarios, terratenientes y banqueros.
El gobierno soportó dos grandes rechazos; el primero en la socialización de la ley organizada por la concejal masista de El Alto, junto a la burocracia sindical, con la presencia de diputados y senadores representantes de El Alto. Los trabajadores gremiales, artesanos, maestros y otros desnudaron la verdadera intención de acallar la protesta y perseguir, encarcelar a los luchadores y rechazaron la ley cuestionada; y el segundo, durante la socialización organizada por la Alcaldía de El Alto con la presencia del Ministro de Economía y sus técnicos, donde de manera vergonzosa entraron en grandes contradicciones.
Quedó en evidencia la división al interior de MAS, cuando diputados, senadores y el ejecutivo se echaron la culpa sobre su rol totalmente mal encaminado. Entonces resonaron gritos rebeldes de “¡ANULACION, ANULACION, ANULACION, ANULACION!”, y “¡fuera c……, fuera c….., fuera c…….!” cuando el Ministro salía del recinto, además de censurar a los diputados y senadores que no representan a nadie.
Así El Alto dio la estocada final y resolvió con todas sus organizaciones exigir la ANULACION del proyecto de ley 218. Pocas horas después, el gobierno decidió suspender el tratamiento de dicha ley.
García confiesa
Álvaro García Linera ha confirmado lo que era obvio: No es posible que los corruptos estén interesados en combatir la corrupción. El objetivo de la mentada Ley es la persecución de los opositores de la vieja derecha y la represión a los “terroristas” que promuevan movilizaciones contra el gobierno.
“Revisa sus impuestos, mira sus propiedades, sus cuentas bancarias, tienes un menú de opciones con las cuales atemperar y contener ese tipo de actitudes…tienes al Estado, eres monopolio de los monopolios…”, dijo García a la revista Jacobin América Latina.
El cinismo de G. Linera no tiene límite. ¿Qué de sus negocios con el catering de BOA?, ¿sus negocios con Toyosa?, ¿los préstamos millonarios que sacó del Banco Unión?, etc. Nada, porque como dice en su declaración: “tienes al Estado, eres monopolio de, los monopolios”.
Lo que no midieron los masistas es que esa gran masa de cuentapropistas inmersos en la llamada economía informal, ligada indisolublemente al contrabando, reaccionarían temerosos de que la ley les caiga encima. Son una poderosa fuerza social que en el pasado apoyó al MAS y su discurso reivindicativo de las mayorías indígenas y mestizas frente a la clase dominante blancoide.
Tarde se dio cuenta el Presidente Arce Catacora de la torpeza de una Ley que amenaza con meter la mano al bolsillo de estos informales, habría de desatar una terrible conmoción social que hasta podría costarle el cuello al gobierno.
Gremiales, transportistas, cooperativistas mineros obligaron al gobierno a retirar el proyecto de “Ley de lucha contra la legitimación de ganancias ilícitas…”. Pero estos sectores no han quedado satisfechos con que el gobierno haya retirado su Proyecto de Ley. Han dado plazo de 72 horas para que el gobierno derogue la Ley 1386, Ley marco de Estrategia Nacional de Lucha Contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas y Financiamiento del Terrorismo.
Es tan fuerte la presión social sobre el propio MAS de estos sectores mayoritarios de la población que hasta la burocracia sindical vendida al gobierno ha tenido que pronunciarse en contra de la famosa Ley.
El gobierno masista se enfrenta a la resistencia movilizada de amplios sectores plebeyos de cuentapropistas, prácticamente todos morenos, que fueran importante base social del MAS –cocaleros de los Yungas, gremiales, cooperativistas mineros, transportistas, etc. –, y que hoy le dan la espalda rebelándose contra las acciones y leyes que consideran les afectan.
Maniobras burdas
En su desesperación y de la manera más torpe, el gobierno intenta toda clase de maniobras burdas con el propósito de tratar de controlarlas con el fantasma de una tenebrosa conspiración derechista.
Uno: el MAS fue víctima de un golpe de Estado dirigido desde el imperio, en la que estuvieron involucrados todos los opositores de la vieja derecha.
Dos: el gobierno transitorio ultraderechista de Añez fue inconstitucional; la prueba: el Tribunal Constitucional que en su momento reconoció como constitucional al gobierno de Añez, ahora se desdice y declara que fue inconstitucional. ¡Cómo hiede la cloaca del Poder Judicial!
Tres: no hubo fraude; la prueba: el gobierno imparcialmente ha vuelto a recontar los votos y comprobado que no hubo fraude. Los vocales de la Corte Electoral fraudulenta sometidos a juicio, ahora son sobreseídos por los mismos que los acusaron de fraude.
Cuatro, la cereza sobre la torta: Han montado una novela mal hilvanada sobre un intento de magnicidio contra el candidato Arce Catacora durante la campaña electoral, que fue impedido por el “aparato de inteligencia del MAS”. Misteriosamente, sólo ahora se le ocurre al Ministro del Interior, denunciar la tenebrosa conspiración.
¿A dónde apuntan todas estas absurdas maniobras del gobierno? A imponer su propia versión histórica para justificar la represión, a título de que son parte de la tenebrosa conspiración de la derecha digitada por el imperialismo, contra las masas que se rebelan y así tratar de lograr la gobernabilidad que ha perdido y que la burguesía y el imperialismo exigen para garantizar el respeto a sus intereses.
Tomado de Masas N. 2673.