Masas extra
Estamos viviendo la etapa de
agotamiento del Estado burgués, de las expresiones políticas de la clase dominante
y del sistema social capitalista en su conjunto. Las consecuencias de este
agotamiento se muestran de manera superlativa en las semicolonias de los países
capitalistas atrasados como Bolivia.
Las cada vez más profundas y
frecuentes crisis estructurales del capitalismo dan poco margen a los largos
períodos de recuperación de la economía impidiendo al Estado burgués y a las
expresiones políticas de la clase dominante desarrollar amplios y duraderos
programas de reformas en el marco de la vigencia y del respeto de la gran
propiedad privada de los medios de producción.
Esta calamitosa situación se
refleja en que los gobiernos y los partidos políticos de la clase dominante no
tienen nada nuevo y creativo que ofrecer en las campañas electorales como
respuestas a la crisis económica. Todos ellos, moviéndose en el limitado
espacio de la defensa de los intereses de la clase dominante, no tienen otra
cosa que ofrecer al electorado que circo y garrote disimulado con una
fratricida guerra sucia para alimentar, un poquito, las tendencias morbosas de
la gente.
Arce Catacora, Carlos Mesa,
Janine Añez, el payaso de Camacho y los otros más pequeños ¿qué de nuevo y
original pueden ofrecer a la gente como respuesta a la crisis? Nada. Todos
ellos, la vieja y la nueva derecha, tienen el mismo programa que consiste en
cargar las consecuencias de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores y
de los sectores económicamente más deprimidos del país. Todos ellos, si ganan
en las elecciones, mantendrán o depauperarán más los sueldos y salarios de
hambre, liquidarán las conquistas sociales echando mano a los recursos
económicos de los seguros de largo y corto plazo.
Entregarán los recursos
naturales apetecibles en el mercado mundial a la voracidad de la empresa
privada nacional y a las transnacionales imperialistas, destruirán los
servicios como la educación y la salud en su afán de evitarle gastos al Estado
y buscarán abandonarlos en manos de los gobiernos departamentales y locales
insolventes para terminar entregándolos a la “iniciativa privada” y
convertirlos en negocios altamente lucrativos a costa del bolsillo de los
bolivianos, aumentarán y universalizarán los impuestos para sostener a la
pesada e inútil burocracia estatal convertida en botín de guerra de los
gobiernos de turno, priorizarán los recursos de las limosnas y de los créditos
internacionales para salvataje de los miserables empresarios privados
nacionales en lugar de resolver el problema del hambre de los bolivianos y, en
medio de la catástrofe, seguirá la corrupción más escandalosa de los
politiqueros miserables y hambrientos.
En medio de tanta
podredumbre ¿qué nos queda por hacer a los explotados y oprimidos de este país?
¿Acaso convertirnos en escalera de los logreros y oportunistas para
encumbrarlos nuevamente en el poder con nuestro voto y luego nos devuelvan
garrote en lugar de pan y trabajo? No. No podemos seguir siendo masa electoral
inconsciente votando por nuestros verdugos; ha llegado la hora e enarbolar las
banderas de la independencia política de nuestras organizaciones sindicales y
sociales mostrando que hay un solo camino para liberarse del sistema social
capitalista y su Estado que se hunden irremediablemente en el charco de la
corrupción: la revolución social para acabar con el régimen de la propiedad privada
de los medios de producción y construir un nuevo Estado de obreros y campesinos
basado en el propiedad social.
Aunque resulte incomprensible
para los políticos que postulan el “voto útil”, los que no quieren que vuelva
el MAS al poder, votar por que el que se ubique segundo de la pandilla de la
derecha tradicional y, para los que no quieren que vuelva la vieja derecha,
llaman a votar por el MAS; EL POR
PLANTEA VOTO NULO O BLANCO COMO REPUDIO A LA POLITIQUERÍA DERECHISTA EN SU
CONJUNTO QUE IGUALMENTE NOS CONDUCIRÁ AL CADALSO DEL SACRIFICIO DURANTE LA
CRISIS ECONÓMICA. MANTENGAMOS EN ALTO NUESTRA PROPIA PERSPECTIVA HISTÓRICA,
SÓLO LA REVOLUCIÓN SOCIAL NOS SALVARÁ DE LAS CALAMIDADES DEL CAPITALISMO
MORIBUNDO.