El discurso de la “reactivación económica” está enmarcado en beneficiar a empresarios y transnacionales descargando el peso de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores y las mayorías empobrecidas. Los dirigentes de la COB cumplen el papel de proxenetas al servicio del oficialismo y su trabajo es tenderle la alfombra al gobierno.
Según el gobierno de Arce Catacora, Estado, empresarios y trabajadores, todos “unidos” debemos realizar una “alianza estratégica” y colaborarnos mutuamente (pacto social) para lograr una Bolivia idílicamente “armónica y complementaria” donde lobos y corderos convivan en santa alianza de clases y sin crearle conflictos sociales al Estado. Así, el gobierno que se autoproclama “socialista”, “revolucionario”, “antimperialista”, termina negando la lucha de clases y postula una política de colaboración y sometimiento de los explotados a los intereses de empresarios y transnacionales saqueadoras.
El gobierno de Arce Catacora plantea que en el escenario de la crisis TODOS deben sacrificarse en aras de la reactivación económica. Esta política colaboracionista apoyada por la burocracia sindical de la COB en palabras sencillas significa: mayor miseria, hambre y sacrificio para los oprimidos para garantizar jugosas ganancias a los empresario y transnacionales.
Públicamente, la burocracia sindical de la COB declaró que se debe garantizar al gobierno estabilidad política, para que el gobierno garantice la estabilidad económica, esto quiere decir que la COB se encargará de frenar y boicotear toda movilización de las bases para que ningún sector exija al gobierno la solución a sus necesidades. Esta es la razón por la cual la burocracia sindical orienta la lucha de los trabajadores por la vía legal que es el camino de la derrota.
En una sociedad dividida en clases, con intereses opuestos e irreconciliables, la burguesía y empresarios sólo tienen como objetivo la sed de mayor ganancia. Para los empresarios, el único camino para reactivar la economía es lograr del Estado burgués, préstamos a “fondo perdido”, liberación de impuestos, modificación de la Ley General del Trabajo flexibilizándola y seguridad jurídica para garantizar la inversión extranjera en los sectores de la minería, hidrocarburos y agroindustria. Así, el gobierno condena a Bolivia a una economía puramente extractivista de materias primas.
El Comité Ejecutivo de la COB ha lanzado la convocatoria a las centrales obreras departamentales para organizar cumbres para la “reconstrucción económica y financiera” en todo el país. La convocatoria va acompañada de un cronograma señalando fechas en las que deben realizarse las cumbres departamentales.
En los antecedentes de dicha convocatoria se lee “…el Viceministerio de Coordinación con Movimientos Sociales y Sociedad Civil, ha organizado la primera reunión interministerial con las organizaciones sociales del Pacto de Unidad y la Central Obrera Boliviana… En esta oportunidad se han fijado lineamientos generales para la realización de los eventos en los departamentos”.
Lo que se cita entre comillas más arriba muestra claramente el papel que cumplen los dirigentes de la COB, de proxenetas al servicio del oficialismo. Su trabajo será tenderle la alfombra al gobierno para que los que concurran a esos eventos se encuentren con una muchedumbre de elementos controlados políticamente, gente que actúe bajo consigna cumpliendo disciplinadamente las órdenes del gobierno.
En ese escenario, los trabajadores y sectores sociales independientes serán una insignificante minoría aplastada por la masa oficialista. Se trata de otro circo más para dar la impresión de que “el hermano Arce Catacora” tiene controlado al país con mano de hierro para realizar las maniobras más cínicas usando el cuento de la “reconstrucción económica” y tratar de mantener a los bolivianos crédulos que la genialidad del gobernante les salvará pronto del tormento del hambre que han ocasionado la crisis económica y la pandemia.
Los trotskistas ya hemos señalado que ese milagro no llegará; aunque las metrópolis ya están viviendo los signos de una recuperación, los países pobres y de economía combinada como Bolivia tardarán mucho más en salir de la presente crisis. Mucho más cuando sus gobernantes se frotan las manos para entregar nuestros recursos naturales a las transnacionales imperialistas esperando mitigar el hambre de sus pueblos con las migajas que éstas les arrojen.
En este contexto, ¿qué harán las cumbres? Se limitarán a ensayar algunos programas orientados a desarrollar actividades económicas según las “especialidades productivas de cada región”; muchos de esos programas quedarán como simples enunciados por falta de financiamiento y otros, si llegan a ejecutarse y debido a su pequeñez, no tendrán ninguna repercusión sobre la economía nacional.
Los trabajadores y las organizaciones sociales independientes no pueden ni deben avalar este circo con su presencia. Hay que desenmascarar la impostura señalando las medidas urgentes que necesita una real reactivación económica y que este gobierno no es capaz de cumplir debido a sus limitaciones políticas.
Si hemos comprendido que la crisis económica es la expresión de una sociedad en desintegración, los trabajadores no podemos caer en la trampa del pacto social, debemos plantear nuestras necesidades vitales que protejan al trabajador y a su familia frente a la ofensiva del burgués. El desarrollo económico integral del país no se resuelve con cumbres ni elaborando proyectos regionales o emprendimientos creativos individuales, sino con la real transformación del aparato productivo, con cimientos sólidos para el desarrollo industrial.
Propuestas a los trabajadores
La miseria y crisis económica que vivimos agudiza la lucha de clases, la lucha de los explotados contra explotadores, la lucha del proletariado contra el burgués. Los oprimidos no lograremos resolver nuestros problemas ni alcanzaremos nuestra libertad apoyando a la democracia, al parlamento ni sometiéndonos a las leyes burguesas que fueron creadas para oprimirnos y masacrarnos. Luchemos por nuestro propio gobierno de obreros y campesinos como lo reza la tesis de Pulacayo y la tesis socialista del IV congreso de la COB.
Los trabajadores debemos rechazar la política colaboracionista de la burocracia sindical incrustada en la COB y recuperar la INDEPENDENCIA POLÍTICA Y SINDICAL de nuestra organización matriz para UNIFICAR la lucha de todos los trabajadores en un PLIEGO ÚNICO NACIONAL que recoja las necesidades vitales de los diferentes sectores.
Los obreros debemos convertirnos en la dirección política en la lucha de la nación oprimida contra la nación opresora, en la lucha de los explotados por trabajo, pan, salud y educación en la lucha por superar el atraso y la miseria en la perspectiva de materializar la revolución y dictadura proletaria.
Enfrentar la crisis económica significa garantizar la defensa de nuestras fuentes de trabajo, desarrollar el aparato productivo e, impulsar la industrialización alimentándola directamente por nuestros recursos naturales para crear más fuentes de empleo, ampliar y defender el mercado interno; es decir, acabar con la explotación capitalista que sólo saquea nuestras fuentes de riqueza.
No podemos conformarnos con ser tan sólo fuerza de trabajo y voto para encumbrar a nuestros propios verdugos. Los trabajadores retomamos los principios del sindicalismo revolucionario y la independencia política y sindical, rechazamos toda “alianza estratégica” con el gobierno impostor del MAS o cualquier gobierno de turno defensor de la gran propiedad privada burguesa, llamamos al conjunto de los explotados a recuperar los sindicatos y nuestros entes matrices hoy controladas por el masismo proburgués y antiobrero.
Luchamos por la necesidad de recuperar nuestra total INDEPENDENCIA SINDICAL Y POLÍTICA frente al Estado y todos los gobiernos de la burguesía. Exigimos:
1.- Inmediata reincorporación de todos los trabajadores despedidos.
2.- La nacionalización y estatización de todas las empresas mineras en manos de las transnacionales y de la empresa privada nacional para que, en esta etapa de buenos precios de los minerales, sea el
Estado quién se beneficie posibilitando el desarrollo de otros sectores importantes de la economía.
3.- Estatización de toda la banca privada para desarrollar amplios programas de créditos blandos para las empresas estatales, privadas y pequeños productores cuentapropistas.
4.- Control del comercio exterior y desarrollar una política proteccionista a la producción nacional, gravando aranceles de importación altos a los productos extranjeros.
5.- Estatización y financiamiento estatal para todas las empresas que, por motivos de quiebra, han quedado en manos de los trabajadores.
6.- Control obrero colectivo en todas las industrias.
7.- Explotación e industrialización del litio con plena soberanía.
8.- Inversión estatal para la exploración de nuevos yacimientos mineros y petrolíferos en el país.
9.- Reversión de las tierras de los grandes latifundistas del Oriente.
10.- Expulsión de todas las transnacionales que, hasta ahora han estado succionando a vil precio los recursos naturales del país.
Tomado de Masas N. 2664.