"Para nosotros, la política es básicamente el ejercicio del poder para vaciar el bolsillo de los ricos y entregar a los pobres " , dice Juan Ramón Quintana. Ni el más ingenuo puede tragarse semejante declaración mentirosa e impostora. Evo Morales y Luis Arce reconocieron públicamente que la empresa privada casi quintuplicó sus ganancias durante el “p roceso de cambio ” . “Guiñadores a la izquierda y giro a la derecha”, así nomás es la norma de conducta de los “socialistos”.
Los gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS) han entregado la "parte el león" de los excedentes extraordinarios de la "época de bonanza", producto de los altos precios internacionales de las materias primas, a los grandes propietarios y potentados de Bolivia y de los países imperialistas. Banqueros, terratenientes, empresarios, inversionistas chinos, japoneses, norteamericanos, rusos, terminaron llenándose los bolsillos a no poder más, siendo los principales beneficiados de sus políticas económicas.
Para evidencia, algunos datos reveladores: Evo Morales en su informe de 13 años de gobierno ante la Asamblea Plurinacional informó que estamos las “utilidades de empresas privadas en 2005: 6.766 millones de bolivianos, en 2018: 29.698 millones de bolivianos”, “generando una economía grande, donde fundamentalmente se beneficia el sector privado ”.
A esto se suman las declaraciones de Luis Arce cuando era su ministro: "Los empresarios privados no tienen por qué quejarse, puesto que bajo ningún otro gobierno obtuvieron más ganancias que con el proceso de cambio".
Las utilidades del sistema financiero crecieron como la espuma de la cerveza, de 637 millones de bolivianos en 2006 y 2.287 millones en 2019. Ni qué hablar del fomento al sector agroindustrial del oriente, beneficiado con la producción de etanol y biodiesel, la exportación de carne y el acceso propietario a extensas tierras labrantías y de pastoreo.
En 2015, durante el conflicto cívico potosinista por la estatización de la transnacional minera Sumitomo (San Cristóbal), García Linera dijo: “Hacen un buen trabajo (la transnacional), sigan haciendo su buen trabajo… Necesitamos 10 San Cristóbal más para Bolivia… Estoy aquí para reafirmar el compromiso del Gobierno de Bolivia con la empresa Sumitomo, para darle garantías. No se asusten ”. La japonesa, de 1.000 millones de dólares de ganancias brutas anuales sólo deja al país 38 millones por concepto de impuestos y regalías.
Entonces, ¿de dónde saca el orate Quintana que la política para los masistas es hacer pobres a los ricos para volver ricos a los pobres? Lo cierto es que el “proceso de cambio” lo único que cambió es la vida y los patrimonios de los masistas pobrestones, hoy nuevos ricos, y dirigentes burocratizados que hoy se aprovechan de los recursos del Estado como garrapatas. (1)
Doble discurso en torno al préstamo del FMI
Los 327 millones de dólares devueltos del préstamo de junio de 2020 en Derechos Especiales de Giro (DEG) constituyen la nueva “asignación” en DEG del FMI en agosto de 2021. ¿Por qué antes no y ahora sí? ¿Dónde quedó su discurso antiimperialista, anticapitalista, de denuncia del carácter expoliador de este organismo internacional? Según el gobierno, ésta es una asignación del FMI a todos los países para reforzar sus reservas, no debería tener condicionamientos ni generar intereses.
Y, ¿no hay que devolver el préstamo en algún momento? Según Gabriel Espinoza, ex Presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), las asignaciones que realiza el Fondo Monetario Internacional generan el pago de intereses. Los recursos recibidos como asignación por DEG en 2009 se registraron como deuda y el servicio en 11 años alcanzaron 8,8 millones de dólares, según revela el reporte de deuda externa del BCB 2020.
Si esta asignación tiene que ser devuelta, como está indexada a los DEG, que es la moneda del FMI, se tendrá que devolver según las variaciones del tipo de cambio de los DEG, respecto al dólar. ¿Quién miente?
Doble moral
"Estar sin estar" con el sistema, nos decía David Choquehuanca para justificar la convivencia con los inversionistas extranjeros. Así razona el indigenismo posmoderno, demostrando su extremo oportunismo y “sumisión” por conveniencia y “cuando les conviene”. Los bolivianos ya los conocemos, discursos radicaloides e incendiarios frente a las cámaras, y acuerdos por debajo de la mesa con los dueños del capital.
“Guiñadores a la izquierda y giro a la derecha”, así nomás es la norma de conducta de estos falsos socialistas y falsos revolucionarios. Siempre los populismos de “izquierda” y las diferentes versiones nacionalistas que vienen de sectores pequeñoburgueses, terminan adoptando estas actitudes demagógicas en sus prácticas cotidianas en su empeño de embridar a las masas. Por lo que se constituyen en un verdadero obstáculo para las masas en su proceso de maduración política hacia procesos verdaderamente revolucionarios.
El MAS es funcional a los intereses del capitalismo. En sus 14 años de gobierno, y en lo que va de éste, ha demostrado ser el mejor gobierno para los intereses de la burguesía boliviana y las inversiones extranjeras en Bolivia. Otorgándoles a los dueños del capital "paz social" y "estabilidad política" para que lucren sin preocupación alguna, poniendo a raya y bien amordazados al movimiento obrero y al movimiento indígena.
El gobierno del MAS es proburgués y antiobrero
La experiencia de los 14 años de gobierno del MAS a la cabeza de Evo Morales ha demostrado el carácter proburgués y proimperialista de este partido que respeta y defiende los intereses de los grandes propietarios de los medios de producción: las fábricas, los latifundios, la banca privada, las minas, los hidrocarburos, etc., planteando pequeñas reformas sin atacar la base económica de la explotación burguesa y la opresión imperialista.
El nuevo gobierno del MAS está obligado a enfrentar el hecho de que la economía nacional es un barquito muy pequeño que está sufriendo las consecuencias de la tempestad económica mundial de una manera muy dura, dada la pequeñez de la clase dominante boliviana y la miseria material de su Estado. El Estado burgués boliviano es incapaz de garantizarle nada a nadie; la clase obrera, los trabajadores y la mayoría empobrecida del país son los que están sufriendo el peso del impacto de la crisis económica y sanitaria.
Para el gobierno de contenido burgués, la reactivación de la economía fatalmente pasa por otorgar toda clase de incentivos para la empresa privada mediante créditos blandos, facilidades a los créditos para sectores de la población con capacidad de endeudamiento, programas de creación de empleo sobre la base de una “nueva” normativa laboral, más flexible y menos “desincentivadora” que la actual, incentivo a la inversión imperialista en la explotación de nuestros recursos naturales, es decir, remachar el sometimiento del país al imperialismo y permitir la súper explotación de la fuerza de trabajo por parte del miserable emprendimiento nacional y las transnacionales, siguiendo al pie de la letra las instrucciones del FMI.
No hay que dejarse atrapar por el discurso masista político propagandístico y demagógico en materia económica. Los hechos dan cuenta de que la demagogia electoral tiene patas cortas. Ellos prometieron que iban a materializar un “nuevo” milagro económico que transforme a Bolivia en un paraíso, en una isla de estabilidad, desarrollo y expansión en medio de la crisis y la contracción económica mundial; adelantaron que eso tomará tiempo y requerirá la unidad de todos (sometimiento de los explotados a los explotadores a título de unidad) para salir de la crisis.
Hoy es visible que ninguna de las acciones del gobierno ha logrado revertir el negativo de la crisis económica que golpea a la mayoría nacional. A estas alturas del gobierno del MAS, podemos decir que ninguna de las medidas económicas aplicadas ha tenido un efecto significativo en la economía de la gran mayoría de la población boliviana, que vive en una situación de desesperación creciente porque no hay venta, no hay trabajo ; por el contrario, siguen los despidos y cierres de fuentes de empleo.
Mientras que la gran mayoría de la población sufre las penurias de la crisis económica y sanitaria, los banqueros, los grandes empresarios, las transnacionales, los latifundistas, etc. se ven beneficiados; hecho que se evidencia en el crecimiento de los depósitos bancarios de la burguesa y los sectores pudientes de la población.
Lo cierto es que durante la pandemia los grandes empresarios no perdieron dinero, se dieron modos para proteger sus ganancias e incluso aumentarlas a costa de sacrificar los intereses de los trabajadores. El gobierno no hace nada para frenar las medidas antiobreras que aplica la patronal.
Su plan de reactivación económica está diseñado sobre la base de favorecer a la burguesía y hasta ahora su aplicación ha sido un fracaso. Un verdadero plan de reactivación económica, desde el punto de vista de la clase obrera y de la mayoría explotada del país, debería hacerse sobre la base de RECUPERAR LOS RECURSOS NATURALES DEL PAIS DE MANOS DE LAS TRANSNACIONALES IMPERIALISTAS QUE SAQUEAN EL PAIS (NACIONALIZACION SIN INDEMINIZACION ), RESTITUCION INMEDIATA A SUS FUENTES DE TRABAJO DE TODOS LOS DESPEDIDOS EN PANDEMIA, ASEGURAR UN SALARIO QUE PERMITA CUBRIR LAS NECESIDADES DE LA CANASTA FAMILIAR PARA ELEVAR LA CAPACIDAD DE CONSUMO DE LA POBLACION, ASI ACRECENTAR LA DEMANDA Y LA PRODUCCIÓN.
Crear nuevas fuentes de trabajo en base a la inversión pública. Si los empresarios dicen que no pueden mantenerse y cierran las fábricas, los obreros deben tomarlas para hacerlas funcionar como empresas estatizadas bajo control y administración obrera.
Nota 1:
Ver http://pandebatallareturn.blogspot.com/2014/12/la-pluriburguesia-boliviana-el-affaire.html
Tomado de Masas N. 2666.