El último congreso del MAS fue preparado correctamente por la camarilla evista para marcar un elemento opuesto al seno de este evento político; el objetivo fue parar en seco la crisis interna del MAS recurriendo a la medida burocrática de modificar los estatutos endureciendo las sanciones contra todo sector que se atreva a pensar con su cabeza y criticar las acciones de las camarillas dirigentes del partido o de los gobernantes.
Durante las últimas semanas, en el valle cochabambino se han realizado movilizaciones de los campesinos productores de leche y de los pequeños productores de otros sectores exigiendo al gobierno frenar el contrabando de leche y de productos agropecuarios que entran desde los países vecinos, principalmente desde el Perú . Sólo han logrado promesas incumplidas hasta ahora y vuelve a dibujarse en el horizonte nuevas arremetidas de estos sectores.
El gobierno, previendo el peligro que significa la generalización de estos movimientos, rápidamente rearticula su control sobre las direcciones y, a través de ellas, organiza grupos de choque para amedrentar a los movilizados. Públicamente han amenazado que no permitirán nuevos bloqueos de caminos y puentes, que la decisión de las cúpulas dirigentes no es movilizarse contra el gobierno sino resolver los problemas conversando amigablemente con las autoridades.
Por otra parte, otro signo de la existencia de grupos de choque que se anidan en el seno del MAS es lo que ha ocurrido en La Paz, en ocasión de la frustrada movilización de la derecha encabezada por CONADE; vandálicos grupos de choque encabezados por el “satuco”, Gustavo Torrico han impedido todo intento de iniciar la marcha moliendo a palos a la gente y pateando mueres en el suelo bajo la mirada complaciente de la policía, de los fiscales y jueces controlados por el gobierno .
El problema está en saber qué posibilidades existen para que estas tendencias violentas prosperen hasta configurar al régimen de Arce Catacora como un régimen francamente fascista. Empezar señalando que el fascismo exige la existencia de una base social desesperada que pide a gritos la necesidad de un gobierno fuerte para poner en orden a la sociedad frente al desbarajuste que provoca la agudización de la lucha de clases. Esta base social surge de las entrañas de la pequeña burguesía como un poderoso movimiento popular orientado a aplastar a las organizaciones obreras y revolucionarias.
Nada de esto existe en el país. Por el contrario, los sectores más pobres de la clase media cada vez se separan del MAS, decepcionados. El sector acomodado de la pequeña-burguesía no está detrás del gobierno sino de la vieja derecha dizque “democrática”. A las capas más amplias no les interesan las pugnas entre el gobierno y la oposición, están ocupadas en sobrevivir de los efectos nocivos de la crisis económica. Esta es la razón de por qué no se suman ni a las movilizaciones del MAS ni a las convocadas por CONADE.
Reaparece el impostor al centro del “Pacto de unidad”
Dirigentes que ya nada tienen que ver con los intereses y la lucha de los trabajadores. Prestándose a la sucia tarea de tratar de lavar la imagen de su líder para promocionarlo como sucesor de Luis Arce Catacora y así seguir colados al poder. Quedando al desnudo que Huarachi, Quispe y Pacosillo han sido parte de la rosca “evista”, que al interior del MAS es la tendencia que maneja lo más importante de las riendas del poder estatal y el dinero masista mal habido.
De lleno meten a las organizaciones obreras a la pelea entre politiqueros oficialistas y opositores de si fue “golpe” o “noviembre” lo sucedido en de 2019, pugna que asquea a las bases de los trabajadores y población en general, que ven en el intento masista de imponer un relato, una versión de los hechos conveniente para los azules para justificar su ambición de continuar y afianzar su permanencia en el poder; o conveniente para los políticos tradicionales de derecha para generar condiciones levantando la bandera de la “defensa de la democracia” ante la arbitrariedad masista, para volver al poder.
Los explotados ya han experimentado en carne propia que la nueva derecha MASISTA y la vieja derecha TRADICIONAL son expresiones de los intereses de los capitalistas nativos y extranjeros, por lo tanto, las bases de los trabajadores no apoyan a ninguno de los dos bandos, indiferentes a estos repugnantes espectáculos. Ni masistas corruptos e impostores de la ideología socialista, ni derechosos racistas igual de corruptos… así piensan las mayorías.
La COB, la FSTMB y la CGTFB deben ocuparse de defender y velar por los intereses de todos sus afiliados, mantener independencia del obrero y popular frente a las políticas que implementan el gobierno masista. El Estado y todas sus dependencias existen para defender y administrar los intereses de los grandes capitalistas en el detrimento de los intereses de los trabajadores.
El gobierno de Arce, como han sido los 14 años del gobierno falso socialista del MAS y los 20 años de gobiernos neoliberales, desarrolla y aplica medidas contra el pueblo explotado y oprimido del país. Por ello, los trabajadores necesitan de sus organizaciones sindicales independientes del juego político entre masistas y "pititas", para organizar la lucha de resistencia frente al abuso patronal privado, transnacional y de empresas estatales.
Con esta dirigencia burocrática vendida, los trabajadores quedan en indefensión, lo que impone la necesidad de recuperar los sindicatos obreros para los trabajadores, barriendo a estos traidores. Esa es la tarea principal del momento.
Urge poner en alerta a los explotados y oprimidos que todos los días protagonizan movilizaciones, por ahora aisladas unas de otras, y, precisamente por este hecho, sin fuerza suficiente como para doblegar al Gobierno, que pueden ser víctimas de los grupos de choque del gobierno .
Urge generalizar la consigna de organizarse férreamente para repeler las agresiones que desde el Estado alienta el gobierno masista. Debe ponerse a la orden del día la consigna de organizar los grupos de autodefensa para preservar las movilizaciones y las organizaciones sindicales.
¿Cómo aplastar a la burocracia sindical?
Burócrata es aquel dirigente divorciado de las bases que sirve a los intereses del enemigo de clase para sacar ventaja personal. Actualmente, las direcciones sindicales están totalmente burocratizadas. Han dejado de ser instrumentos de lucha de los trabajadores frente a los abusos de los patrones y sus gobiernos.
En marzo de 2021, la COD de Chuquisaca realizó su Congreso ordinario, en él por la presencia de militantes del POR, se ha aprobado un documento político antioficialista que levanta la bandera de la independencia sindical frente al gobierno. En la nueva directiva hay presencia militante revolucionaria que lucha al interior de la misma por mantenerla consecuente a los lineamientos de la Tesis aprobada.
La corriente revolucionaria al interior de estos congresos batallará por lograr la aprobación de similares documentos políticos revolucionarios que orienten la futura lucha de los trabajadores. Sin embargo, las tesis políticas que tradicionalmente se aprueban en los congresos de trabajadores en Bolivia, si son revolucionarias, por sí mismas no son garantía de que las direcciones elegidas sean consecuentes con ellas.
Los grupos de burócratas ambiciosos interesados en tomar las direcciones sindicales para medrar de ellas subordinándose al gobierno y la patronal ya están organizándose para asaltar las direcciones sindicales. Son el principal obstáculo en la lucha de los trabajadores contra el abuso patronal.
La única forma de superar la enfermedad del burocratismo sindical es forjar trabajadores con conciencia de clase, leales a los intereses de las bases, formados en la política revolucionaria del proletariado, indoblegables como el acero. La tarea de forjar esos trabajadores corresponde al Partido Obrero Revolucionario trabajando sin descanso, con infinita paciencia, sin desesperarse ante las dificultades, en el seno mismo de los trabajadores.
Tomado de Masas N. 2663.
