Todos los días aparece en la prensa nacional e internacional imágenes dantescas de la marcha de uno de los sectores más desvalidos de la sociedad. Seres humanos de diferentes edades que, por sus condiciones físicas y mentales no pueden desarrollar actividades normales en su vida cotidiana para resolver sus problemas de subsistencia, marchan penosamente por los caminos de una agreste geografía y sufriendo las inclemencias del tiempo exigiendo a los gobernantes de este país un miserable bono de 500 bolivianos mensuales.
Este acontecimiento no ha dejado de afectar a la sensibilidad de los demás sectores de la población, quienes se están solidarizado con los marchistas proporcionándoles ropa y alimento y, las agencias noticiosas de la prensa internacional, han reflejado de manera dramática este acto de protesta. No cabe duda, se trata de un desmentido a la campaña internacional que este gobierno ha desarrollado mostrando que Bolivia es un país único que –a pesar de la crisis económica mundial- se encuentra en permanente y acelerado crecimiento, cuyas utilidades las redistribuye entre sus habitantes contribuyendo al “vivir bien” de todos; un país que garantiza condiciones de seguridad jurídica y social para que las transnacionales, en condición de “socias del Estado”, puedan invertir en las diferentes actividades productivas.
El gobierno, al principio, ha intentado frenar el movimiento convocando a los marchistas a suspender la medida para entablar negociaciones, los marchistas no han caído en la trampa y han continuado con la movilización; la respuesta ha sido categórica, si el gobierno quiere negociar ésta debe realizarse en el camino.
Los gobernantes, hostigados por la presión de la opinión pública, se han visto obligados a enviar a sus ministros para entablar conversaciones en Parotani pero sin ofrecer nada como respuesta a las exigencias de los movilizados. Frente al fracaso, han empezado su acostumbrada campaña de desprestigio en sentido de que la petición de los marchistas pone en peligro la estabilidad económica del país y significaría una sangría para el Tesoro General de la Nación. También han empezado a usar el acostumbrado argumento de que el movimiento es político y detrás de él estaría la mano negra de la derecha y del imperialismo.
La marcha continúa y existe la tendencia a masificarse con la incorporación de otros que se pronuncian desde diferentes puntos del país. Puede entroncar con otros conflictos sociales que todos los días brotan desde diferentes sectores exigiendo al gobierno soluciones a sus problemas. A diferencia del pasado, donde los diferentes conflictos se diluían aislados, ahora existe la tendencia a la generalización, de manera espontánea los actores de las movilizaciones se unen en las calles para hacer frente al gobierno.
El argumento que esgrime el gobierno en sentido de que no hay plata para atender a los marchistas inmediatamente es respondido por la población, señala que se suspenda la millonaria campaña política que permanentemente se realiza para mostrar las bondades de la administración del Estado y para ensalzar la figura de Evo Morales y García Linera. Que se deje de comprar aviones de lujo, construir cachitas con césped sintético en los barrios periféricos de las ciudades y el campo. Ese dinero es suficiente y sobra para dar los 500 Bs. que piden los marchistas y para atender las necesidades inmediatas de otros sectores de la población.
REPRIMEN COBARDEMENTE A LOS DISCAPACITADOS MOVILIZADOS, LOS DIVIDEN Y NEGOCIAN CON UN SECTOR OFICIALISTA QUE NO REPRESENTA A NADIE
Se cumple al pie de la letra toda nuestra
caracterización de la naturaleza del gobierno del MAS. Inicialmente, cuando
todos tenían ilusiones en que el gobierno de Evo Morales, por su origen
indígena, sería una legítima encarnación de sus esperanzas y aspiraciones, el
POR fue el único partido que señaló que el nuevo gobierno era burgués porque representaba
a la gran masa de campesinos pequeños propietarios y que terminaría de rodillas
frente a la empresa privada nacional y a las transnacionales imperialistas; señaló
que este gobierno, como todos los gobiernos de la clase dominante, defenderá a
muerte la gran propiedad privada de los medios de producción; que, frente a la
amenaza de las movilizaciones, terminará usando la violencia del Estado para
poner en brete a los explotados y oprimidos que luchan por mejores condiciones
de vida y de trabajo; dijo que encarnará todos los vicios de un Estado
capitalista agotado políticamente y que ya no tiene nada que ofrecer al
conjunto de la sociedad; finalmente dijo que terminará ahogando en sangre las
luchas de quienes lo apoyaron con entusiasmo en las primeras contiendas
electorales donde el MAS ganó con una mayoría aplastante.
Ahora ya no se trata de un pronóstico, todo lo
que se dijo como consecuencia de la comprensión del desarrollo de las leyes
internas del capitalismo en un país como el nuestro, los hechos se están
encargando en demostrar que el trotskismo no estaba equivocado, se está
cumpliendo a cabalidad todo lo que se dijo pero en un tiempo mucho más corto de
lo que se imaginaba. Si este gobierno es capaz de reprimir con tanta dureza y
de manera cobarde, frente a la mirada atónica e impotente de la población, a
gentes desvalidas que apenas pueden arrastran sus cuerpos famélicos pidiendo
clamorosamente un miserable bono de 500 Bs. para saciar el hambre que sufren de
todos los días, ¿qué se podrá esperar que haga frente a las movilizaciones de
los demás sectores sociales oprimidos y explotados del país? No estamos lejos
de ver que el gobernante indígena será capaz de manchar sus manos con la sangre
de obreros, campesinos y de sectores de la clase media empobrecida, todo con la
finalidad de proteger los intereses materiales de la clase dominante y del
imperialismo.
El gobierno, en el mismo momento que firmaba
un supuesto acuerdo con un grupo oficialista de discapacitados que
canallescamente organizó para neutralizar a los marchistas, utilizó carros
Neptuno para barrerlos de las calles como si fueran basura; para tapar el
escándalo que tiene repercusiones internacionales no dudó en reprimir a los
mismos periodistas que cubría este increíble atentado a la dignidad humana.
El presidente indígena pretende justificar su
cobardía con el argumento manido de que los movilizados están siendo manejados
por la mano negra de la “derecha oligárquica” como si estos chupasangres, encarnados
en la empresa privada, las transnacionales y los logieros del Oriente, ahora no
hubieran pasado a ser protegidos por el gobierno y se constituyen en la base
social del régimen masista.
Nada ha podido doblegar la resistencia de los
discapacitados, han desconocido en las calles la farsa del acuerdo firmado
porque que no es una respuesta a la petición principal del bono mensual de 500
Bs., han anunciado que seguirán luchado hasta las últimas consecuencias aun a
costa de poner en riesgo sus vidas. La lucha que libran estos compañeros es
parte de la lucha de todos los explotados del país por tener el derecho a vivir
en condiciones humanas. No basta mostrar una solidaridad declarativa y
asistencialista, es preciso sumarse al movimiento de manera efectiva y
militante. La victoria de ellos será la victoria de todos los explotados porque
será el inicio para acabar con este gobierno que desarrolla rasgos abiertamente
autoritarios y fascistas.
Tomado de Masas, Miguel Lora O.
